QUIQUE GONZÁLEZ: INCONMENSURABLE

Festival Acróbatas

Teatre Joventut L’H (L'Hospitalet)
21:00h
10/11/2010
El Festival Acróbatas nos da una nueva oportunidad para respirarle, para estremecerse otra vez con este cantautor de lujo inclasificable: Quique González.
Con este trovador del siglo XXI, madrileño, pero afincado en Santander que nos deleita con su voz y sus temas llenos de melancólica inspiración. Y esta noche el Teatre Joventut ha vibrado con sus brillantes canciones interpretadas desde la serenidad del que ya se conoce y se entiende como un exponente ya establecido por completo en la órbita musical.

No puedo ser como siempre me ocurre y los que siguen mis crónicas han comprobado: objetiva, porque de los pies a la cabeza me rindo ante su persona y su música, esa música que se convierte en motor algunos días de mis pasos. Sin poder evitarlo, he sucumbido un día más a compartir quizás las mejores noches de mi vida, con este pequeño gran hombre.

Sólo diez minutos después de la nueve salió un Quique González en solitario al escenario y empezaba el concierto con la mítica “Rompeolas” para ir presentando poco a poco a su banda e introduciendo temas que fueron pasando de una calma intensa a un ritmo trepidante. Con una fantástica voz en plena forma nos paseamos por su Daiquiri Blues ( “sí, continua parpadeando la copa en el cartel luminoso, nos dice que para él eso es lo importante, todo lo demás se puede arreglar”) y por todos tantos maravillosos temas de su carrera: Doble fila, Día de feria, Palomas en la Quinta, La ciudad del viento, Nadie podrá con nosotros, Cuándo estés en vena, Deslumbrado, Me agarraste, Bajo la lluvia, Kamikaces enamorados.

El concierto iba subiendo poco a poco de tono y la conexión entre el público y el cantante se hizo más que evidente cuando llegó el momento de: Hasta que todo te encaje. Daiquiri Blues, Averia y redención, Te lo dije, Vidas cruzadas, Restos de estoc (nos explica la anécdota de la yegua Casandra).

Salitre como no, no podía faltar y los comentarios sobre el Madrid que jugaba en esos momentos: 5-1 se oye al fondo de platea.

Un Quique seguro reversionando sus canciones y dándole un toque elegantísimo a la música.

Dos bises. El primero que pone los pelos de punta con su Riesgo y altura descomunal, seguido por Su dia libre (comentarios cariñosos sobre el As) y la incombustible Pájaros Mojados.
El segundo con Pequeño Rock and Roll y la grande La luna debajo del brazo.
Para finalizar este inolvidable concierto dos horas y cuarto más tarde con Cuándo eramos reyes.
Vuelve pronto, por favor.