¿Y tú me preguntas quien soy?.
Nunca me he enfrentado a esta pregunta. Quizás porque no me gusta lo que veo, lo que percibo que soy.
Es mejor no detenerse a contestar, no mirar, improvisar.
Soy una estatua de piedra con corazón de fuego. Un espectadora del mundo en un pedestal de paja, que observa desde su rincón, en un parque diminuto de una ciudad diminuta, de un país diminuto.
Un temporal con viento acalorado que arremete contra la costa en un invierno negro.
Un yo sin mi. Un yo sin nada.
Una torre con mil escaleras.
Un precipicio que se desborda.
Un cielo sin pájaros.
Un 16 de abril que nació sin ganas de vivir.
Un folio en blanco.
Un movimiento desordenado.
Un portal oscuro de noche.
Una emoción perpetuada por el silencio.
Un fracaso envuelto en fracaso.
Soy un payaso sin niños. Una lágrima que no quiere arrancar. Un trozo de pan.
Soy un coma mal curado.
Sólo soy una percepción, no una realidad. Un no.
Tan sólo quizás un sueño.
No sé quien soy.
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