jueves, 28 de febrero de 2008

LA PARODIA NACIONAL

A poco más de una semana de la más grande pantomima nacional, los indecisos continuamos siendo eso: indecisos. Las promesas no nos aceleran el corazón para tomar partido por uno o otro bando. Porque los demás, (los otros) no existen en esta luchar de poder, porque tampoco nos infunden credibilidad ni nada nuevo que pueda echar raíces en este desolado panorama de la política.
Con acusaciones maltrechas no se gana el partido, señores, ni tan sólo los delanteros están por la labor y la ropa se lava cada vez menos en casa.
A estos nuevos socialistas millonarios, como se les clasifica, se les ve demasiado los hilos de títere con que son manipulados y la derecha, después del efecto Gallardón, ha demostrado que no tienen nada de renovados.
La arena del primer debate, no tenía gladiadores, sólo una serie de frases y gestos estudiados para disfrute del telemarqueting.
Sólo me pregunto que pasara el día diez de marzo, cuando la rutina vuelva a estar en primer plano y nos encontremos con los mismos problemas de siempre cara a cara.
Cuando el remordimiento malcriado nos invada.

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