Como siempre en límite de tiempo me he
escapado a Madrid para degustar la exposición de Edward Hopper. De este
llamémoslo narrador pictórico de historias cargadas de análisis psicológico, de
este enfrentamiento infinito entre la seguridad y lo desconocido, entre el
hombre y la naturaleza, entre la ciudad creadora de atmósferas individuales y
solitarias y la arquitectura como elemento de voyeurismo, de descripción de lo
que todos o casi todos buscamos al colarnos por la ventana del edificio de
enfrente.
Historias ajenas.Pero también sin abandonar ese sútil toque de erotismo y crítica en las miradas, en los guiños de algunos de sus temas. Exponente del "way of life" americano.
La verdad es que ha sido una grata e intensa visita a la exposición.
He podido ver y estudiar por un momento sus
grabados (la verdad es que estaba agobiante y la ubicación de los mismos no era
la mejor). Y creo que son excepcionales, la manera de utilizar la trama para
conseguir un volumen increíble, las diferentes intervenciones en las que ya se
observa su carácter confrontador.
No menos se merecen especial mención las
acuarelas, un trabajo acurado y lleno de detalles, sobre los mismos temas, paisajes, las
arquitecturas urbanas y otras que encierran al hombre.
Entre los óleos destacaría: Habitación
de hotel (para mí una sintesi global de su trabajo), Casa junto a la vía del tren, Gasolina, Puesta de sol ferroviaria, Dos
en el patio de butacas y Habitación
en Nueva York.
Aunque he echado a faltar y me hubiera
gustado ver uno de sus clásicos, Transnochadores.
Ha merecido la pena, pasearse por el Thyssen,
disfrutar de sus cuadros y de la capacidad de transmisión de su manera de
contar pintando.
Si tuviera que hacer una lista de 10 (por decir un número) no incluiría a Hopper, puede que haya muchas razones, pero una de ellas no es su pintura, quizás la más importante es la distancia que nos separa, la distancia física, sus escenas me son foráneas, sus historias no me son cotidianas más que por alguna película en blanco y negro. Su pintura mezcla de barroco, impresionismo y algo de Jack Daniels no acabo de cogerla.
ResponderEliminarPero que más da, la pintura de Hopper no va eso, va de sentimientos, de impresiones, y sin duda es el gran maestro, es imposible sentirse inmutable delante de su obra, es imposible no sentir frio, no sentir la soledad, no sentir…. y ahora que la pintura está agotada que hay más grande que unas toscas obras que te hacen estremecer, que hacen que salgas de la galería buscando el sol en pleno agosto, que necesites mezclarte en la multitud para poder olvidar esas sensaciones que se han metido dentro del alma.
…. y ahora que la pintura está agotada, quizás Hopper debiera ser el primero de la lista.
Un fuerte abrazo
Hola Manolo, en parte estoy de acuerdo contigo, son personajes ajenos a nuestra manera de ver la vida, con una condición cultural y existencial muy diferente de la nuestra.
ResponderEliminarTambién hay que reconocer que Hopper no es un técnico en figura humana y que sus mújeres dejan mucho que desear en proporciones.
Pero lo que me impacta a mi de este pintor es su literatura, quizás por lo que busco en cuadro es que me diga algo, que me pueda imaginar algo.Bueno aparte, si puede ser también con calidad artística.
Y esta desolación que me transmiten los cuadros, ese silencio y incomunicación, es uno de mis pretextos literarios más importantes.
Un fuerte abrazo también para ti.
homeless
Hopper: tantos cuadros, tantas historias. Me encantó.
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