Siento frío. Ese frío enclaustrado, cerrado que lo invade todo. Que invade mi cuerpo, que anida en mi cerebro, que no puedo ahuyentar o arrancarme ni bajo la ducha más cálida, que me destripa y no me deja dormir.
Ya he vivido ese frío otras veces.
Ocho cigarrillos que respiran mis pulmones y miedo al otro lado del miedo.
Pasos mudos alrededor de las cuatro de la mañana en calles abandonadas.
Despojos humanos cerca de una ventana sin mar y una sombra junto a la puerta.
Y más frío.
A la espera de la publicación de la primera novela de Homeless, en breve podríamos tener en las librerías su primera Antología de Relatos non fiction (el título estaría todavía por determinar). Además del estremecedor "Frío", aparecerían textos imprescindibles como "Soñar", "Teléfonos que suenan a las tres de la mañana", el inolvidable "Espacios para toda una vida", el imprescindible "Al otro lado de nada" y insuperable Condemna negra", entre otros. Una aguda mirada al alma humana, una incisiva rememoración de la anécdota vital, una esponjosa plasmación de temas profundos en breves pinceladas: la narración corta no ha muerto.
ResponderEliminarEn hora bona, Homeless!
Juanan