martes, 7 de septiembre de 2010

11 HORAS 25 MINUTOS

Once horas y veinticinco minutos.
El tiempo que he tardado en cruzar el mundo para regresar a casa, para sentarme otra vez en el porche con una taza de café y observar jugar a mis gatos.
Dos mil ochocientas ochenta horas en regresar a este blog, a este otro mundo, al mundo de homeless y quedarme por aquí una temporadita más.
Una temporadita para reconstruir puentes, poner la ropa a secar al sol, suprimir silencios programados.
Tiempo de no intentar ser lo que uno no es y de olvidar lo que no pudo o no podra ser. De reencontrarme con mis textos pendientes, publicar todo aquello que quedó en el tintero y retomar el camino.
De positivizar todo lo que traiga este nuevo tiempo que estreno.
Nos vemos.

4 comentarios:

  1. hola, hola, hola, hola, que gran alegría estar frente al ordenador y que salte tu entrada. No sé si lo sabes, pero no nos vamos a ver los jueves por ahora, te echare a faltar, pero espero no perder el contacto. No sé quien lo dijo, pero como dijo este: volveré. Saludos
    PD: estaré pendiente de Homeless in Orsay

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  2. Así me gusta, homeless. Una gran alegría leerte de nuevo. Y seguir leyéndote a partir de ahora.

    PD para Manolo López: lo dijo el general McArthur.

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  3. Como dicen en Palermo:
    "Cui nesci,
    arrinesci"
    (quien sale de casa, triunfa).

    EN-HORA-BUENA
    POR ESE LARGO VIAJE,HOMELESS!!!
    BIENVENIDA DE NUEVO
    A ORSAY....

    tienes que explicarnos
    muchas-muchas cosas... o no

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