Dos pequeñas historias, dos historias sencillas nos entregan estos libros que ahora comento.
Dos maneras de afrontar el mundo, de entender el posicionamiento de los denominados seres humanos.
La librería
Penelope Fitzgerald
Un pequeño pueblo costero de Suffolk, Florence una mujer que decide abrir una libreria. y todas las consecuencias que conlleva.
Una literatura sencilla, pero totalmente adecuada para meterse en una trama que nos llevará a pensar más allá de las conveniencias, más allá de lo correcto.
Reconozco que gratamente sorprendida por la historia y además una delicada edición de Impedimenta que me demuestra que las editoriales cuidan cada vez la presentación de sus libros y que el mercado digital que en un primer momento parecía iba a castigar al papel, ha dado como resultado una ganancia estética y formal muy competitiva.
Para mi que me paso la mayor parte del tiempo entre libros, un placer su lectura.
ANNA GAVALDA
QUISIERA QUE ALGUIEN ME ESPERARA EN ALGÚN LUGAR
Una elegante mirada con no poca irónica crítica a estos personajes de doce historias cargadas de desesperación y melancolía furtiva. Podrían ser sus protagonistas la gente que me encuentro a las 7.50 a.m. en el tren, son tan reales y tan frescos y la autora nos habla de cosas tan cercanas que es imposible resistirse a seguir leyendo, aunque descubras que no te hace percibir la cara más amable en algunas ocasiones.
Una escritora parisina que poco a poco se ha abierto camino el mundo editorial y un buen libro de noches sin más que hacer.
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