Me gusta continuar en el anonimato, es una manera de preservar mi identidad y de ser tomado en cuenta desde una perspectiva objetiva. Aunque a veces me gustaría saber cómo me consideran los que no son muy cercanos y de vez en cuándo, muy de vez en cuándo se acercan a mi pequeño taller de experiencias.
El señor Lechuga me puso un ejercicio la semana pasada: ¿cómo definirse?
Yo le he contestado así:
"Me podría comparar con una playa desolada en el norte de Escocia, una playa con elementos diversos (troncos, ramas, bidones de plástico…) que han sido vomitados por el mar a unas arenas negras y que se convierten en cohabitantes junto a las barcas de pescadores de un paisaje de cielo gris ceniciento amenizado por el sonido del golpe del viento en los aparejos de los barcas."
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