10 de diciembre 2022 19:00 h
Exposición de pintura
Intento recomponer mi primera impresión, al traspasar la puerta de esta nueva Galería con letras mayúsculas, al mismo tiempo Taller de la Escuela de Arte El Visor en Còrsega,450, Gràcia.
Quizás porque más allá busco algo inexplicable.
Marcelo Laugelli, arquitecto, pintor y director de la Escuela El Visor, el protagonista en esta ocasión.
Expresionista abstracto aquí, nos presenta una serie de obras que se han ido gestando involuntariamente coincidiendo con los atentados de las torres gemelas de Nueva York; que a lo largo del tiempo, paralelamente han sido influenciadas por otros acontecimientos políticos, de represión, guerras, atentados… que nos demuestran los vulnerables que somos, el impacto vital delante de los fenómenos sociales, catástrofes que afectan a la humanidad. Que nos muestran hasta donde podemos llegar para materializar conquistas estrafalarias hacía una autodestrucción programada que también afecta al poder de una Naturaleza desatada.
No sabemos si toda nuestra Historia ya está escrita pero lo que sí sabemos es cómo nos condiciona indirectamente en el momento de crear una obra, un proyecto. Y cómo esta relación, este ruido de fondo nos lleva en cierta manera a plantearnos hacía donde va lo que queremos expresar.
Por lo que me toca personalmente, conozco hace años a este gran hombre y artista, profesor, escritor, libre pensador, que admiro por poseer una sensibilidad especial que poca gente llega a desarrollar delante de lo que vive día a día. Quizás por eso sus cuadros están llenos de todo aquello que nos falta, sus escritos nos transportan a lugares y situaciones que te atrapan, que te hacen pensar, desarrollar ante lo invisible para muchos.
Once obras en técnica mixta que recomiendo fervientemente descubrir, disfrutar. Atreverse a abrir esa puerta, atreverse a conocer un poco al artista.
Primera exposición en la Escuela-Galería de Arte, un nuevo concepto de “galería efímera” Este espacio de creación, de formación multidisciplinar de artistas que ahora como sede expositiva, se lanza a llenar un vacío en el barrio, que lo convierte en un nuevo lugar de conexión, de intercambio de opiniones, emociones; de reunión entre las personas, los vecinos y el arte.
Ofreciendo además una oportunidad para todos aquellos artistas que quieran mostrar su obra y crecer en todo el proceso, en toda la sucesión de acciones que rodean al acto creativo. Hacer suyo este espacio durante unos días para interactuar con el mundo, con los posibles observadores interesados, necesitados, ávidos de intangibles sensaciones que encuentren aquí una experiencia con las tendencias actuales, con el Arte en tiempos convulsos de materialismo post-pandémico.
Un espacio para compartir, para vivir.