Ausencia
En mi tierra las nubes no descansan nunca. Los párpados de la noche acogen a sus criaturas.
El viento peina y moldea el paisaje, esculpe los árboles dándoles una armonía diagonal que contrasta con la horizontalidad marina.
Mis ojos no pueden olvidar esa tierra, esa tierra llena de colores, de texturas, de perfectas filigranas, de mercados a las ocho de la mañana.
Mis sueños habitan sus pueblos, se recuestan sobre las montañas y beben de sus ríos.
Me dejé allí tantos silencios acallados que sólo puedo ahora redimirlos con palabras.
Me fuí para regresar un día, el día que el cielo me recuerde tu ausencia.
Esa ausencia que me entregaste y yo no supe admitir, no quise asumir.
En mi tierra el azul de mar llega hasta mi balcón, salpica con sus olas mis pies.
Los matices del atardecer desfilan por los tejados de las casas y los caminos nunca llevan a ninguna parte.
Me fui para regresar un día, el día que el cielo me hable de tu ausencia.
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