Este año viene cargado de muchas y importantes fechas literarias, de muchos aniversarios, de bicentenarios, centenarios. En esta semana me he encontrado con dos muy importantes: el bicentenario del nacimiento de Edgar Allan Poe, uno de mis autores favoritos y los setenta años de la muerte de Antonio Machado. El día 22 de febrero de 1939, tras su exilio obligado, el poeta murió en le hotel Bougnol-Quintana de Colliure.
El domingo pasado Luís García Montero se manifestaba sobre el retorno de los restos de Antonio Machado a Madrid. Estoy de acuerdo con él, un hombre que ha hablado tantas veces de sus Campos de Castilla merece descansar en su tierra.
Hay dos modos de conciencia:
una es luz y otra, paciencia.
Una estriba en alumbrar
un poquito el hondo mar;
otra, en hacer penitencia
con caña o red, y esperar
el pez, como pescador.
Dime tú: ¿cúal es mejor?
¿Conciencia de visionario
que mira en el hondo acuario
peces vivos,
fugitivos,
que no se pueden pescar,
o esa maldita faena
de ir arrojando a la arena,
nuertos, los peces del mar?
Antonio Machado
Campos de Castilla
Hi, Homeless, cuánto tiempo!
ResponderEliminarVaya, veo que García Montero se apunta a la moda de desenterrar muertos. Como ves, no soy muy partidario de ello pero, puestos a sacar la pala, teniendo en cuenta que era sevillano y que al morir, en su bolsillo iba un papelito con el verso "estos días azules y este sol de mi infancia" también discrepo rotundamente con la hipotética localización de su nueva tumba. Nos vemos!
Yo lo dejaría en Colliure, que es ya lugar de peregrinaje...
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