Quique González
Casino de L’Aliança del Poble Nou
22:50 h
La noche se inicio atropelladamente en Bracafé-Rambla, cuando unos bocadillos de pan robado y una incierta duda: en el cartel 22’00 h o 22’30 h en la entrada convirtió un reencuentro de asiduos a Quique en un engulle rápido que no podemos llegar tarde.
Avanzamos por el pasillo central de L’Aliança, mientras el escenario habitado ya por los instrumentos: guitarras, bateria y el coche-piano made in ARCO (Ford con todos los detalles:dados, Elvis y cuentakilómetros) nos anuncian que ya quedan pocos instantes, que se subirá el telón otra noche de concierto y que aparecerá el poeta, dueño y señor de los dobles sentidos y las dobles intenciones, con su cuerpecillo anidado por la música a ritmo de rock&roll.
Y 20 minutos tarde, aquí lo tenemos, bohemio hasta la médula, chaqueta de terciopelo negro, chaleco, camisa a cuadros, pantalón Levi’s ajustado y una gorra calada de marinero en tierra. Su barba y su pelo largo, su cara de niño malo y esa mirada felina (me reitero, como me gustaría ser tu compañera de buenos y sobretodo malos ratos), a pesar de comentarios de Carme y el Comandante Frattarola, de este personaje que esconde una sensibilidad embutida en timidez disimulada.
Y no podía el concierto empezar de otra manera con “Sus” Conserjes de noche, ya el personal, aplaude y disfruta de su fantástica voz. Nos ponemos cómodos para maravillarnos con este formidable cantautor.
Bueno, esta crónica se me esta yendo por los cerros del Puerto de Santa María, otros derroteros que ya explicaremos en el post-concierto.
Para continuar con este homenaje a la buena música: Utilizame, No hay partida, La vida te lleva por caminos raros (Diego, no deja desconsolados con su final de canción), La cajita de música, Deja de correr, Backliners, Kit Chocolate, Lady Drama.
Javi Pedreira el guitarrista se abraza a las notas y nos demuestra como se ama a una guitarra. Karlos Arancegui, el bateria, uno de los mejores del panorama actual, sabe que tiene todo el poder en sus manos. A la derecha de Quique, el bajo Jacob Regüilón, un bajo con aspecto familiar, que me recuerda mucho al guitarrista de The Final Cut (Alejandro, te hacía en Pamplona).
La noche sigue con: Doble fila (una de las mejores), La casa está vacía, Avería y redención 7, Trucos fáciles para días duros (en su punto), Polvo en el aire (aquí a Quique se le va la genial olla), Me agarraste (sin Drexler), Y te vi bailar, Miss camiseta mojada, Cuando vas a venir, Número 7, Los desperfectos (para mí la mejor, me arrasa el corazón), Aunque tú no lo sepas (un clásico ya), Nos invaden los rusos.
Quique habla poco pero nos presenta a su banda y a todos sus técnicos. Entabla una conversación morbosa con el tocayo que le cambia las guitarras y lo enchufa y lo desenchufa. Comenta que la acústica del sitio es muy buena y nos regala un a capela, para acabar entrando en trance por el suelo en un conflicto guitarrero con Javi.
Y llegan finalmente en una parte más intimista del concierto: Dos tiquets, Yo quiero vivir en libertad, Trabajan en escenas de acción, Salitre.
Nos regala una canción nueva y se despide, pero vuelve reclamado por el público con zapateado incluido por dos veces.
Ya para acabar, después de casi dos horas de concierto, dice que se va a despedir con una nueva canción Resucitaré, pero cual es nuestra sorpresa, esta canción no podía faltar, cuando suenan los acordes de VIDAS CRUZADAS. Ya todos puestos en pie, acompañamos a la banda y a Quique.
El momento es mágico y la despedida larga, muy larga, observando a este personaje que hace de la música, aunque él no lo quiera que todos nos sintamos un poquito más acompañados, revisando las cosas más cotidianas de la vida, esas cosas que a todos nos han pasado alguna vez.
Ya esperando un nuevo concierto, pronto por favor.
Salimos de la L’Aliança, con un motivo más para llevar siempre puesta su música en el mp3 del corazón.
Post: después del concierto una birra y un análisis de las canciones de Quique entre el señor Frattarola y el más fan de los fanes, el señor Abel. Un lujo escuchar reflexiones sobre la letra (como entender el alma del poeta) y sobre la música (dominio del panorama musical) a media luz, compartiendo un ratito de felicidad.
Quique, regálanos muchos más momentos de tu música.
Me pegue un disparo para ver que ya no me dolia
y acabe cruzando telegramas con lucifer
S'aplaudeix la crònica.
ResponderEliminarArtane.
Quique González es ya, sin duda, uno de los grandes. Y da vértigo imaginar hasta dónde puede llegar (la canción nueva que cantó el viernes es tremenda...). Además, está rodeado de músicos muy grandes también: chapeau para Jacob, para el pedazo de batería que es Karlos Arancegui (artane, ilústranos) y para el increíble guitarrista Javi Pedreira. Y chapeau, por encima de todo, para el genio: Don Quique González.
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ResponderEliminarAh, y un par de auto-correcciones, después de revisar la discografía de QG en su web. La canción que nosotros llamábamos "Utilízame" se llama en realidad "Suave es la noche", y la que llamábamos "Yo quiero vivir en libertad" se llama "Deportado". Y la que Abel nos dijo que era "Dos tickets" es en realidad "Palomas en la quinta", del mismo disco (Kamikazes enamorados). Y sí, homeless, hay partida... :-p
ResponderEliminarGràcies, Ojalancia per les correcions de tot cor, espero continuar compartint molts concerts i post-concerts d'anàlisi amb vosaltres.
ResponderEliminarSí, encara queda molt camí....
Buenas homeless aquí un fan Quiquero un poco desmemoriado, con el título de las canciones......al señor ojalancia no se le pasa una.
ResponderEliminarGracias por ilustrar el concierto con tanta pasión.....yo me encierro en mis sueños buscando una solución a cada rincón de las poesías del Sr González para sorprender al Sr Ojalancia.
Nos vemos en la siguiente!!!