Los festivales de cine pueden ser a veces injustos en sus deliberaciones o llegar a conclusiones poco compresivas para el público en general que no goza de la mirada crítica más objetiva. Todavía no he visto la película china ganadora del Festival de San Sebastián pero este film de Juan José Campanella nos ofrece una monumental historia cargada de componentes de humor cínico, intriga, descubrimiento de la realidad de una época de la Argentina de hace 20 años, instropección y una interesante relación entre dos personajes totalmente diferentes que niegan una evidencia clara sólo conocida por todos aquellos que les rodean.
A pesar de mi cierto recelo ante el acento argentino (“dale”, lejos ha quedado mi etapa de filósofos y Calamaros…), debo reconocer que el señor Ricardo Darín borda un papel totalmente creado para él y que estos 129 minutos de ayer noche me han impactado muy positivamente.
No desmembraré más la trama, sólo un placer descubrir el secreto de esos ojos.
Le doy un 9.
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